NOVENA
A
SANTA TERESA
DEL NIÑO JESÚS
SANTA TERESA
DEL NIÑO JESÚS
ORACIÓN
INTRODUCTORIA
Dulce
Jesús mío, Redentor nuestro, deseosos de amaros e imitaros, nos
ponemos ante la imagen de Santa Teresa del Niño Jesús, que
encontró la santidad en las palabras: "El que sea pequeño, que
venga a Mí", y os rogamos nos favorezcas con la humildad,
sencillez y modestia de esta santa.
Gloriosa
Santa Teresa del Niño Jesús, confiados en tus palabras: "pasare
el Cielo haciendo el bien en la tierra", te pedimos que recibas
nuestras súplicas y las presentes ante Cristo Jesús, para que sean
favorablemente atendidas. Amén.
ORACIÓN
FINAL
¡Oh,
bienaventurada Teresa del Niño Jesús!, tú brillaste por la fe
ardiente de tu entendimiento, por la heroica virtud de la esperanza
que te animó siempre a ser una gran santa, y por el fuego del amor
de Jesús.
Tu
vida fue un milagro de santidad y una revelación para que, por tu
camino de la infancia espiritual, todos sepamos llegar al Cielo
llenos del mérito de las obras pequeñas.
Haz
que nuestra admiración a tus virtudes convierta en eficaces los
deseos de imitarte. Derrama sobre nosotros tu Lluvia de Rosas para
que caminemos rectos y seguros en la verdadera felicidad y gustemos
en la Tierra de las dulzuras de la gloria eterna. Amén.
Día
primero
UNOS
PADRES INCOMPARABLES
"Tengo
la dicha de haber tenido unos padres incomparables que nos rodearon
de las mismos cuidados y del mismo cariño.
Mamá
tenía la costumbre de ir a Misa de 5:30 de la mañana. Rezaba todos
los días al ángel de la guarda y a las almas del purgatorio. Nos
hacía rezar todos los días, y toda la familia iba a Misa el
domingo.
Con
una forma de ser como la mía, si hubiera sido educada por unos
padres sin virtud, o incluso si hubiese sido mimada por Luisa (la
niñera) como lo fue mi hermana Celina, habría salido muy mala, y
tal vez hasta me hubiese perdido.
Los
defectos corregidos a tiempo sirvieron para crecer en la perfección,
y como no tenía más que buenos ejemplos a mi alrededor, quería
seguirlos como la cosa más natural del mundo.
Por
las tardes me iba a dar un paseito con papá y hacíamos juntos una
visita al Santísimo Sacramento.
Papá
me decía que escuchara bien los sermones. Le gustaba siempre
abismarse de las verdades eternas, y a veces sus ojos se llenaban de
lágrimas al escuchar al predicador".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
segundo
UN
CAMINITO TOTALMENTE NUEVO
"Siempre
he deseado ser santa. Cuando me comparo con los santos no me
desanimo, pues a pesar de mi pequeñez puedo aspirar a la santidad.
Agrandarme
es imposible, tendré que soportarme tal cual soy con todas mis
imperfecciones, pero quiero buscar la forma de ir la cielo por un
caminito muy recto y muy corto, por un caminito totalmente nuevo.
El
caminito de la infancia espiritual es el camino de la confianza y del
total abandono.
El
único modo de demostrar mi amor a Jesús es no dejando escapar
ningún pequeño sacrificio, ninguna mirada, ninguna palabra,
aprovechando la más pequeñas cosas y haciéndolas por amor a Jesús.
Yo
quisiera encontrarme un ascensor para elevarme hasta Jesús, pues soy
demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección.
Este ascensor son los brazos de Jesús. Y para eso no necesito crecer, al contrario, tengo que seguir siendo pequeña, pequeña, tengo que empequeñecerme más y más".
Este ascensor son los brazos de Jesús. Y para eso no necesito crecer, al contrario, tengo que seguir siendo pequeña, pequeña, tengo que empequeñecerme más y más".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
tercero
SER
PEQUEÑO
"Permanecer
como niñito a los ojos de Dios es reconocer su propia nada,
esperarlo todo de Dios como un niñito espera todo de su padre…
Aún
en las casas de los pobres se da al niño lo que necesita, pero en
cuanto se hace mayor, su padre se niega a alimentarlo y le dice,
ahora trabaja, puedes bastarte a ti mismo. Yo no he querido crecer,
precisamente para no oír eso, sintiéndome incapaz de ganarme la
vida, la vida eterna del cielo.
He
permanecido, pues, siempre pequeña, sin otra ocupación que la de
recoger flores, las flores del amor del sacrificio, ofreciéndoselas
a Dios para su recreo.
Arrojar
al amado Jesús las flores de los pequeños sacrificios, ganarle con
caricias. Así le he ganado yo, y por eso seré bien acogida.
Ser
pequeño significa, además, no atribuirse a sí mismo las virtudes
que se practican, creyéndose capaz de algo, sino reconocer que Dios
pone ese tesoro en la mano del niñito para que se sirva de él
cuando lo necesite, pero es siempre el tesoro de Dios.
Por
último, es no desanimarse por las propias faltas, porque los niños
caen a menudo, pero son demasiado pequeños para hacerse daño".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
cuarto
¡MI
VOCACIÓN ES EL AMOR!
"El
apóstol San Pablo explica como todos los carismas, aun los más
perfectos, nada son sin el amor. Afirma que la caridad es ese camino
inigualable que conduce a Dios con total seguridad.
La
caridad me dio la clave de mi vocación.
Comprendí
que si la Iglesia tenía un cuerpo compuesto de diferentes miembros,
no podía faltarle el más necesario, el mas noble de todos ellos.
Comprendí que la Iglesia tenía un corazón y que ese corazón
estaba ardiendo de amor.
Comprendí
que sólo el amor podía hacer actuar a los demás miembros de la
Iglesia; que si el amor llegara a acabarse, los apóstoles no
anunciarían el Evangelio y los mártires se negaría a derramar su
sangre.
El
amor encierra en si todas las vocaciones, el amor lo es todo y abarca
todos los tiempos y lugares. En una palabra, el amor es eterno.
Al
borde de mi alegría delirante, exclamé: ¡Jesús, amor mío, al fin
he encontrado mi vocación! ¡Mi vocación es el amor! Sí, he
encontrado mi puesto en la Iglesia. En el corazón de la Iglesia, mi
madre, yo seré el amor. ¡Así lo seré todo!".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
quinto
LAS
MÁS DENSAS TINIEBLAS
"Durante
los días tan gozosos del tiempo pascual, Jesús me hizo conocer por
experiencia que realmente hay almas que no tienen fe, y otras que por
abusar de la gracia pierden ese precioso tesoro, fuente de las únicas
alegrías puras y verdaderas.
Permitió
que mi alma se viese invadida por las más densas tinieblas y que el
pensamiento del cielo, tan dulce para mi, solo fuese en adelante
motivo de lucha y de tormento.
Que
Jesús me perdone si le he disgustado. Pero Él sabe muy bien que
aunque yo no goce de la alegría de la fe, al menos trato realizar
sus obras.
¡Es
tan dulce servir a Dios en la noche, si no tenemos más que esta vida
para vivir la fe!.
A
pesar de esta prueba que roba todo el goce, aún puedo exclamar:
¡Tus
acciones, Señor, son mi alegría! (Sal. 91)
Cuanto
mas íntimo es el sufrimiento, tanto menos aparece a los ojos de la
criaturas y más te alegra a Ti, Dios mío".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
sexto
LAS
ARMAS INVENCIBLES
"Tenía
que pasar por el crisol de la prueba y sufrir desde mi infancia para
poder ofrecerme mucho antes a Jesús. No pensaba, entonces, que para
llegar a la santidad hay que sufrir mucho. Dios no tardó en
demostrármelo.
Sentí
nacer en mi corazón que Jesús me tenía reservado un gran número
de cruces. El día de mi Confirmación recibí la fortaleza para
sufrir.
Jesús
me hizo comprender que las armas quería dármelas por medio de la
cruz, y mi anhelo de sufrir creció a medida que aumentaba el
sufrimiento.
Durante
cinco años este fue mi camino.
Ya
no deseo ni el sufrimiento ni la muerte, aunque sigo amándolos a los
dos… pero es el amor lo único que me atrae.
Toda
mi fuerza se encuentra en la oración y en el sacrificio, que son las
armas invencibles que Dios me ha dado y logran mover los corazones
mucho más que las palabras.
He
hallado la dicha y la alegría en la tierra, pero ha sido únicamente
en el sufrimiento".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
séptimo
QUE
SEA ÉL QUIEN VIVA
"A
veces, cuando mi espíritu está tan seco que me es imposible sacar
un solo pensamiento para unirme a Dios, rezo muy despacio un
Padrenuestro y luego la Salutación Angélica.
Entonces,
estas oraciones me encantan y alegran mi alma mucho más que si las
rezara precipitadamente un centenar de veces.
Yo
le pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que me una
tan íntimamente a Él, que sea Él quien viva y quien actúe en mí.
Jesús
me alimenta momento a momento con un alimento totalmente nuevo, que
encuentro en mí sin saber de donde viene. Creo que Jesús mismo,
escondido en el fondo de mi pobre corazón, es Quien me concede la
gracia de actuar en mí y Quien me hace descubrir lo que Él quiere
que haga cada momento.
Lo
que me sustenta en la oración por encima de todo es el Evangelio, en
él encuentro todo lo que necesita mi pobre alma.
A
Jesús nunca le he oído hablar, pero siento que está dentro de mí
y me inspira lo que debo decir o hacer".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
octavo
COMO
YO LE AMO
"Me
sentía devorada por la sed de almas. No eran todavía las almas de
los sacerdotes las que me atraían, sino las de los grandes
pecadores; ardía en deseos de arrancarlas del fuego eterno…
El
único fin de nuestras oraciones y de nuestro sacrificio es ser
apóstoles, rezando por ellos (los sacerdotes) mientras evangelizan a
las almas con su palabra y sobre todo con su ejemplo.
A
pesar de mi pequeñez, quisiera iluminar a las almas. Quisiera
recorrer la tierra, predicar tu nombre Señor, y plantar en el suelo
infiel tu cruz gloriosa.
Pero
una sola misión no me sería suficiente: querría anunciar al mismo
tiempo el Evangelio en los cinco continentes y hasta en las islas más
remotas, querría ser misionera… hasta la consumación del mundo.
Siendo
que voy a entrar en el descanso… Pero siento, sobre todo, que mi
misión va a comenzar, mi misión de hacer amar a Dios como yo le
amo, al entregar mi pequeño camino a las almas.
Si
Dios escucha mis deseos, mi cielo lo pasaré haciendo el bien en la
tierra".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.
Día
noveno
LA
MAS TIERNA DE LAS MADRES
"La
Santa Virgen es nuestra Madre, y Ella no nos abandonará jamás en
cualquier estado en que nos encontremos.
Desanimarnos
sería injuriarla, porque si no la olvidamos, podemos estar seguros
del salvarnos.
La
Santísima Virgen me hizo sentir que había sido realmente Ella quien
me había sonreído y curado.
Comprendí
que velaba por mí y que yo era su hija; y que, entonces, yo no podía
darle otro nombre el de "mamá", que me parecía mucho más
tierno que el de madre.
¡Con
que fervor le pedí que me amparara siempre y que convirtiera pronto
mi sueño en realidad, escondiéndome a la sombra de su manto
virginal!.
La
Santísima Virgen nunca deja de protegerme en cuanto la invoco.
Si
me sobreviene una inquietud o me encuentro en un aprieto, me vuelvo
rápidamente hacia ella y siempre se hace cargo de mis intereses,
como la más tierna de las madres".
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
Pídase
la gracia que se desea alcanzar por intercesión de Santa Teresa.